Imagen corporal y autoestima son dos conceptos íntimamente relacionados entre sí. Como hemos comentado en anteriores publicaciones, la autoestima es la percepción que tenemos de nosotros mismos, lo que repercute directamente en cómo interpretamos nuestra realidad.
Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta en la autoestima es la percepción de la imagen corporal o autoimagen. Tener una imagen positiva de tu apariencia física refuerza la seguridad en ti y repercute positivamente en el resto de áreas de tu vida: social, laboral, familiar, salud…
Aceptarnos y valorar nuestra apariencia así como cultivar una actitud de cuidado personal, huyendo de excesos o extremos, serán aspectos que favorecerán el equilibrio psicológico.
Algunas personas caen en dichos extremos y basan su valor únicamente en su apariencia. Se desprecian por no encajar en los cánones sociales o se idealizan cayendo en el narcisismo.
En estos casos, aunque resulte especialmente complicado en los perfiles narcisistas por la falta de conciencia de problema, resultaría positivo revisar qué concepto físico tiene la persona de sí misma con la finalidad de trabajar la propia aceptación, modificar la visión en lupa que resalta únicamente los aspectos negativos así como la adopción de hábitos saludables que permitan a la persona que está a disgusto con su apariencia acercarse a objetivos realistas.
Recuerda que nadie es perfecto, y que aquellos que parecen serlo difícilmente son reales. Tu valor va mucho más allá de un físico, aunque es importante que te sientas en paz con él, así como con el resto de características que componen tu ser. Amarnos perfectamente en nuestra imperfección.