Hace unos días, navegando por la red, encontré esta cita en una página de facebook que defiende la imperfección como la clave para ser feliz:

 si el amor aprieta no es tu talla

Esta cita me pareció muy adecuada como reflexión en aquellos casos en los que nos sentimos mal de forma persistente en una relación de pareja y no encontramos solución para acabar con ese malestar que amenaza con cronificarse.

Nos sentimos mal en pareja porque no estamos amando de forma sana. El amor sano es aquel amor que te respeta a ti, respeta al otro y aún y así da cabida a las necesidades de ambos y de la pareja; por supuesto que este amor adulto es el resultado de un aprendizaje sobre quererse a uno mismo. Cómo podemos querer a la pareja de forma sana si no sabemos querernos a nosotros mismos? Difícil…

my love lifeExisten muchas formas de amor, como por ejemplo:

  • el amor egocéntrico: sólo es saludable si se da de los hijos hacia los padres,
  • el amor incondicional: que debería darse de los padres hacia los hijos,
  • amor tóxico: el amor insano que genera sufrimiento entre aquellos quienes lo practican y
  • el amor adulto: caracterizado por la reciprocidad, la existencia de condiciones y el respeto hacia el otro.

Los conflictos no resueltos sobre nuestra familia de origen se reproduzcan en las relaciones de pareja cuando somos adultos. Por esto es habitual que en las parejas se asuman roles “inadecuados” que generan una dinámica “no sana”, alejadas del amor adulto; estas formas de relacionarse acaban “apretando” y generando malestar, como cuando uno lleva unos zapatos que no son de tu talla…

 

Centrándonos en el amor de pareja, qué podemos hacer para aprender a querer de forma adulta? Yo diría que hay tres condiciones básicas e indispensables:

1.- Nunca traicionar nuestro amor propio y nuestra dignidad, es decir, NUNCA cambies para ser como los demás quieren que seas. No tiene sentido… es como si, para que te quisieran, tuvieras que tener otra altura, otra constitución, otro color de ojos… si tengo que “disfrazarme” para que me quieran, quizás es que no estoy dedicando mis atenciones al objetivo correcto. Busca personas a quienes gustes tal y como eres, sin esfuerzos.

2.- Nunca forzar a la pareja a que haga lo que deseamos, aunque creamos que es lo mejor para la pareja. El respeto es la base sobre la que se construyen las relaciones sanas, es una falta de consideración grave hacia al otro desacreditar su punto de vista (aunque no estemos de acuerdo) o ignorar sus necesidades anteponiendo las propias. La mejor manera de amar al otro es respetando su ser, aunque duela, y hacernos cargo de ese dolor para restablecer el propio bienestar lo antes posible.

3.- Atender las necesidades de pasión, intimidad y compromiso en la pareja: porque en una pareja existen tres entidades: “tú”, “yo” y “la pareja”. En realidad no es más que un trabajo basado en la COMUNICACIÓN SANA. En resumidas cuentas, haciendo un esquema general consiste en:

Exponer las necesidades propias + escuchar atentamente las necesidades de la pareja+ trabajar conjuntamente para llegar a un entendimiento mutuo sobre qué se espera de la pareja.

Si esta fórmula no da como resultado el BIENESTAR, individual y de la pareja, revisa qué falta y busca ayuda profesional, con el objetivo de solventar el conflicto, aprovechando el momento de crisis para transformarlo en oportunidad de crecimiento. Sin embargo no siempre las dificultades se solventan con voluntad, por lo que, si no podemos resolver esas diferencias y continuamos arrastrando malestar, quizás debemos hacernos esta pregunta: este amor es de mi talla?

 

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