Iniciar un tratamiento psicológico es una decisión importante que, en función del nivel de implicación, puede cambiar mucho la percepción de las cosas. La terapia es un espacio dedicado a analizar tus bloqueos, identificar y liberar el origen de tu malestar y lo que subyace tras ello, también es una vía que contribuye al crecimiento personal, a ampliar herramientas que favorezcan el bienestar en tu vida.
Por qué es beneficioso analizar nuestra forma de pensar?
Ser conscientes sobre quienes somos nos puede llevar a ser más cautos con lo que percibimos y tener una sana actitud de duda, a no creernos todo lo que nos contamos, a percibir nuestros pensamientos como tales y no como fieles reflejos de la realidad. Conocer cuáles son nuestros “patrones relacionales” nos aportará la libertad para escoger la visión del mundo que mejor se adapte a nuestros valores y creencias.
Cámara (2011) define como “patrones relacionales” a los esquemas o modelos neuroquímicos que se crearon en nuestra infancia, fundamentalmente en la relación con nuestros progenitores, y que son activados y se hacen presentes al experimentar en nuestras relaciones actuales vivencias semejantes.
Las primeras relaciones que tenemos cuando nacemos marcan las respuestas fisiológicas que experimentamos ante el estrés de nuestra vida adulta así como la visión de nosotros mismos, del mundo y de los demás; imaginemos la importancia que tienen los primeros años de vida en el futuro como adultos.
El bebé no puede pensar ni explicar con palabras sus procesos: lo que hace es archivar la información en el inconsciente (memoria implícita), donde se acumula la información acerca de cómo son los demás, cómo somos nosotros mismos y cómo nos podemos relacionar. Toda esta información contribuye a que la persona vaya creciendo utilizando unas estrategias de afrontamiento que le permitan adaptarse mejor o peor a las circunstancias que le rodean, de ahí que los patrones relacionales puedan ser funcionales (sanos) o disfuncionales (insanos, provocándonos malestar)
Cuando percibimos algo automáticamente se despiertan asociaciones en nuestro cerebro para encontrar semejanzas con vivencias anteriores y reaccionar mediante ese aprendizaje, facilitando la misma conducta que se experimentó en el pasado, actuando en base a los Patrones Relacionales (funcionales o disfuncionales).
Los patrones relacionales son inconscientes, nuestro trabajo en terapia es dirigir esas experiencias a la consciencia para que se puedan resolver las situaciones traumáticas que el individuo arrastra a lo largo de su vida y que le generan un bloqueo, una crisis que es lo que le motiva a iniciar un proceso terapéutico.
Las dificultades que llevan a una persona a iniciar terapia suelen ser la punta del iceberg de temas más profundos que se relacionan con los apegos de la infancia (patrones relacionales), identificarlos, hacerlos conscientes y curar las heridas que subyacen será el camino que te liberará de tu malestar presente.