Con el próximo fin del 2014 y el inicio del año nuevo los buenos propósitos y pretensiones de felicidad colman estas fechas. Elaboramos listas interminables de deseos y pensamos en iniciar proyectos, depositando en el 2015 todas nuestras expectativas de felicidad.
Y es que todos anhelamos ser felices, buscamos la fórmula mágica que nos traslade a este ansiado, aunque transitorio, estado. La búsqueda de esta felicidad en lugares incorrectos (normalmente cualquier circunstancia externa a nosotros) nos provoca el efecto contrario: frustración, insatisfacción, miedo, tristeza… lo que nos lleva a experimentar crisis y a sentirnos infelices.
La felicidad es el resultado de la actitud con la que el individuo se maneje; abarca por un lado los valores y creencias (herencia familiar y síntesis de esta herencia con nuestros aprendizajes fuera de la familia), y por otro los propios recursos con los que nos enfrentamos ante las diferentes circunstancias de la vida. Eso es lo que nos hace felices: la confianza en nuestra capacidad para alcanzar el equilibrio emocional y acercarnos a nuestros proyectos vitales, así como la capacidad para aceptar y adaptarnos a lo que no podemos elegir. La garantía de nuestro bienestar nunca estará fuera, sino que parte de ti mismo, de tu interior.
Podemos aprender a ser felices? Por supuesto que sí! es una cuestión de focalizar la atención en el sitio correcto (en tu interior), así como una cuestión de actitud y trabajo personal. Fíjate en este mapa de la felicidad (E. Punset)
Por todo esto te propongo que, antes de entrar en este 2015, realices una pequeña retrospectiva de este año 2014, pienses qué nuevos aprendizajes adquiriste este año. Coge papel y lápiz y pregúntate: qué me enseñó este 2014? Qué cosas tengo que agradecer a este año que está a punto de finalizar? Qué recursos nuevos he podido incorporar a mi caja de herramientas de la vida?
El hecho de explicar con palabras los procesos que nos ayudaron a salir de situaciones difíciles o expresar nuestros pequeños o grandes logros son acciones que refuerzan la confianza en nosotros mismos y a ser conscientes de los recursos de los que disponemos, contra más numerosos sean éstos mayor capacidad para ser felices.
Este pequeño ejercicio nos permitirá entrar en el 2015 con la mayor garantía que existe para experimentar felicidad: los recursos internos, los que parten de nosotros mismos y que se ubican en nuestro interior como nuestra autoestima, confianza, capacidad para acercarnos a nuestras metas, manejar nuestras emociones, aceptar las injusticias, restablecer nuestro equilibrio. Porque a veces delegamos en circunstancias externas nuestra felicidad, y vivimos con la ilusión de que algo que está por venir nos generará felicidad. Ese el error que lleva a muchas personas a entrar en crisis: localizar la felicidad fuera de nosotros nos frustra.
Añade a tu lista de nuevos proyectos y deseos del 2015 tu aprendizajes del 2014. Agradece todo lo que te ha traído este 2014 porque eso hace la persona que eres hoy, y tú eres el único quien te puede garantizar tu máxima felicidad, así que GRACIAS 2014! FELIZ 2015!
«Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias”
John Locke