Leyendo un artículo sobre los trastornos de dependencia a sustancias me llamó la atención esta expresión que utilizaba el entrevistado, el Dr. Manuel Mas-Bagà, psiquiatra especialista en adicciones: “Muscula tus abdominales psíquicos! Que no te tumbe la primera adversidad que se te cruce!” (Artículo de la Contra de la Vanguardia: «Toda adicción busca aliviar un dolor psíquico oculto» )
Los efectos beneficiosos que ofrece el deporte para nuestra salud están ampliamente descritos, en términos generales, la práctica habitual de ejercicio físico contribuye a mantener una buena salud y a prevenir enfermedades. Además, el deporte hace que nos sintamos con más energía, generamos endorfinas (hormona de la felicidad) y obtenemos numerosos efectos psicológicos positivos (desarrollamos capacidades como el esfuerzo, la toma de decisiones, la gestión de las emociones, la relajación…), incrementando el bienestar en general así como la calidad de vida.
Muchos de nosotros entendemos que nuestra salud necesita una dedicación en este sentido y realizamos actividades deportivas o artísticas a través de las cuales nos ejercitamos físicamente, obteniendo beneficios psicológicos secundarios importantes.
Pero la musculación de nuestros “abdominales psíquicos”, tal como lo describe el Dr. Mas-Bagà, requiere una dedicación y ejercitación absolutamente necesarios para que las experiencias que nos envuelven, tanto las positivas como las negativas, nos aporten mayor confianza y multipliquen nuestros recursos. Siendo conscientes de cómo nos manejamos y trabajando al respecto hacemos que “no nos tumbe la primera adversidad que se nos cruce”.
Todo lo comentado anteriormente puede quedarse en simples ideas si no lo planteamos como un propósito o una meta a desarrollar: el primer paso es reflexionar sobre ello, tomar consciencia de lo que queremos trabajar para posteriormente pasar a la acción. De hecho, la raíz de nuestra autoestima no está en nuestros logros (resultados) sino en aquellas prácticas generadas desde el interior que, entre otras cosas, nos permiten alcanzar el bienestar y autorrealización personal.
Os planteo a continuación algunas sugerencias sobre cómo podemos muscular nuestros abdominales psíquicos:
- Cuando estamos pendientes de nuestras sensaciones, y nos permitimos preguntarnos: cómo estamos? Me gusta mi vida? Puedo cambiar algo? Debo aprender a aceptar algún aspecto que no puedo cambiar?
- Cuando detectamos lo que nos genera malestar, tomamos consciencia sobre nuestras dificultades y desarrollamos nuevas herramientas para restablecer nuestro equilibrio.
- Te musculas cuando aprendes a pedir ayuda si no encuentras la solución y trabajas tu desarrollo como persona, haciendo frente a los egos que nos empujan al orgullo y a hacer a los demás responsables de los propios problemas.
- Ejercitas tus abdominales físicos cada vez que aprendes a encajar el rechazo sin que eso te suponga el fin del tu mundo,
- Musculas tu mente, cuando aprendes a respetarte y a respetar a los demás, cuando te haces responsable de tu vida, de tus emociones.
- Cuando te caes y orientas tus fuerzas a levantarte y a analizar qué es lo que me hizo tropezar en vez de, quién me empujó?
- Cuando aprendemos a reconocer y a aceptar nuestras emociones sin perder nuestra mente
Vive conscientemente y descubre que, si escuchas tus sentimientos, te guiarás hacia tu verdad.