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El martes pasado muchos de nosotros asistíamos atónitos a las imágenes que retransmitían los medios de comunicación en relación al fatídico accidente de la compañía Germanwings en el que murieron 150 personas. La noticia no dejó a nadie indiferente, cada uno de nosotros sentimos, de una forma u otra, reflejamos el dolor ante la magnitud de la tragedia.

Una noticia tan dramática como la del pasado martes ha generado en muchas personas un impacto emocional; cualquiera de nosotros podríamos haber estado en la piel de las víctimas, o de sus familiares, amigos, compañeros de trabajo y allegados. Esa posibilidad ha provocado a muchas personas una crisis en su sistema (shock emocional o experiencia traumática).

Un trauma se produce cuando una persona ha vivido, presenciado o incluso le han explicado un acontecimiento en el que su vida o su integridad física o psicológica se han visto seriamente amenazadas, entonces decimos que ha sufrido una experiencia traumática. Este tipo de vivencia sacude los cimientos de lo que la persona cree que es seguro, y en qué o en quién puede confiar, provocando reacciones perturbadoras para las que no se está preparado pero que, en el fondo, son reacciones normales a sucesos anormales.

Nuestro cerebro necesitará su tiempo para integrar una información tan dramática como la de la tragedia de Germanwings. Ésta, al igual que  otras vivencias traumáticas, irán acompañada de mayor o menor número de síntomas en función de las diferencias personales.

trauma 2La realidad es que no todas las personas reaccionan de igual manera ante un acontecimiento traumático: algunas reaccionan inmediatamente, mientras que en otras la respuesta se retrasa meses e incluso años. Se estima que, aproximadamente, un 75% de las personas quedan en estado de shock durante varios minutos, muestran síntomas que pueden durar varios días, y para un 15%-20% los síntomas permanecen entre 2-4 semanas.

¿Qué ocurre después de la experiencia traumática?

Como respuesta al trauma, la persona puede experimentar cambios en sus sentimientos, pensamientos y forma de comportarse tales como miedo y ansiedad provocados por situaciones que recuerdan al suceso; pensamientos, recuerdos e imágenes muy vívidos que pueden hacer sentir a la persona que el suceso está ocurriendo de nuevo; pesadillas, inquietud, irritabilidad, sobresaltos, problemas para concentrarse, para dormir, etc. Cuando una persona ha vivido una experiencia traumática, es frecuente pensar que el mundo es peligroso y que no hay que confiar en los demás, así como empezar a tener una idea muy negativa acerca de uno mismo.

 ¿Qué debemos hacer ante una experiencia traumática?

Aunque se trate una reacción normal, cuando ésta es muy intensa y está causando un serio malestar a la persona o está interfiriendo en su vida, puede facilitarse el proceso de asimilar la experiencia y reducir los síntomas mediante el tratamiento psicológico adecuado.

Si además sientes un malestar importante o alguna de las áreas de tu vida (ocio, laboral, académica, familiar, etc.) se ha visto perjudicada por este tema, es posible que el problema te esté afectando. Si crees que presentas este problema, acude a un profesional que te asesorará para que puedas decidir si quieres recibir tratamiento.

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Nuestro más profundo sentir por las víctimas así como por los familiares, amigos, compañeros y allegados de la tragedia del Airbus 320.

 

 

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