Cuando hablamos de cualquier cuestión cada uno lo hacemos teniendo puesto nuestro propio filtro, con nuestra particular forma de percibir, de sentir y de reaccionar. Pero muchas veces nos enrocamos en que los demás deberían entender nuestra visión, o pensamos que están equivocados en su forma de sentir, y se nos olvida que existen tantas formas de ver las cosas como personas existentes en este planeta, se nos olvida la empatía.
Sabemos que los niños nacen con un potencial inmenso, lleno de posibilidades para ver el mundo de múltiples formas y colores. Todos nacemos con esta capacidad, pero qué es lo que nos hace tan distintos en nuestra manera de ser y de percibir nuestro entorno y las cosas que nos pasan? La respuesta a esta pregunta está en la educación que recibimos, y lo que el niño aprende a hacer con lo que le envuelve y con sus experiencias de vida. A través de la educación nuestra visión se va mutilando, y vamos configurando la graduación de las gafas a través de las cuales nos acostumbramos a interpretar el mundo. Cada uno de nosotros tenemos gafas con graduaciones distintas.
Nuestra visión de las cosas es el resultado de todos los aprendizajes que nos han ayudado a sobrevivir emocionalmente.
En la medida que vamos creciendo esas vías o gafas a través de la que vemos el mundo se estrechan, bien porque se nos quedan anticuadas, o bien porque no son lo suficientemente sólidas como para superar los obstáculos que se nos presenta en el camino. Todo ello nos lleva inevitablemente a experimentar un malestar gracias al cual, con la gestión adecuada, podemos generar caminos alternativos con los que enriquecer y ampliar nuestra visión. Es por esto que las crisis pueden ser grandes oportunidades de cambio, que nos ayudan a revisar nuestra visión de nosotros así como de lo que nos rodea, aprendiendo respuestas más adaptativas con las que enfrentarnos a la vida.
La empatía empieza por cada uno darse cuenta de las gafas que tiene, porque cuando ves qué gafas tienes puedes ver más fácilmente las diferentes formas de sentir de los demás. Es maravilloso ver casi sin filtros… es volver a nacer. Cuando vamos reconociendo desde donde vemos nos vamos liberando, conectamos con nuestra esencia y podemos reconocer la esencia de los otros.
Detrás de cualquier forma de ver peculiar, existe el ver común. Si no te pruebas las gafas de otros y no compruebas qué servicio le hace al otro, hasta entonces no se experimenta la verdadera empatía. Empatía es ver sin filtros, o a través de todos los filtros… Y tú, a través de qué gafas ves el mundo?