Cansado de estar preocupado/a ? Experimentas una sensación de insatisfacción constante? Tienes la sensación de que tu vida debería ser diferente a como es? No dejas de darle vueltas a los temas que te preocupan sin encontrar una solución? Si la respuesta a la mayoría de estas preguntas ha sido “sí” significa que tu mente ha sido secuestrada por un mono loco.
La mente del mono loco es una forma metafórica originaria del Budismo que explica a la perfección la dinámica que se da en los estados obsesivos, cuando los pensamientos negativos nos invaden y no podemos parar de darle vueltas a las cosas. Estas preocupaciones asaltan la mente, de la misma forma en la que el mono salta de rama en rama, buscando el punto perfecto, que nunca llega y por lo tanto nunca podrá detenerse.
“El mono está en el bosque. Desde un árbol, gira la cabeza, buscando algo. De repente se le iluminan los ojos y, decidido, salta. Ase otra rama. Se queda calmado. Le dura poco. Sigue faltándole un noséqué. No, en esta parte no hay tanto sol como parecía. Ni suficientes frutos. Se fija en el tronco de al lado. Repite el ritual y se lanza de nuevo. Durante cinco segundos se siente tranquilo, hasta que se da cuenta que su lugar soñado no era lo que parecía. Desde el árbol, gira la cabeza. Busca algo. El mono siempre tira a otro sitio, otro lugar, otra situación vital. Al ver que ahí no está la felicidad que busca, irá a un nuevo sitio, con el problema constante de que siempre está buscando en el sitio equivocado.” (Artículo de El País: Tu peor enemigo es un mono y vive dentro de ti)
Las personas con falta de confianza en si mismas, en sus propios recursos para hacer frente a los problemas tienden a necesitar seguridades en el exterior para estar bien. En realidad, esta necesidad de control es una farsa que somete a la persona a un estado de alerta constante, potenciando un círculo vicioso en el que cuanto más controlo más ansioso estoy, incrementando así la ansiedad y el círculo obsesivo.
Pretender controlar lo externo, además de potenciar alteraciones emocionales como los estados obsesivos o neuróticos, cuadros de ansiedad y depresión, insomnio, adicciones…. sólo hace que desconectarnos del centro verdadero de nuestro equilibrio, que está dentro de nosotros, en nuestro interior: en la gestión y responsabilidad sobre nuestras emociones y pensamientos para lograr un estado de equilibrio interior.
La solución pasa por aprender a confiar y poner a dieta la necesidad de control. Aquí te propongo algunos puntos de partida para aprender a manejar la necesidad de control y las preocupaciones:
1.- toma conciencia de las cosas que necesitas para estar bien, sobretodo de las que no dependen de ti, que son las muletas en las que delegas tu bienestar y por tanto las que te generan malestar. Hacer un listado de estas situaciones podría ayudarte.
2.- busca alternativas, reflexiona qué otras cosas podrías hacer para conseguir tranquilizarte sin apoyarte en factores externos?
3.- no te resistas ante adversidad, trabaja para aceptarla como parte de la vida. Gracias a ella podemos evolucionar. No hay nada tan grave que no puedas superar.
4.- Sé paciente contigo mismo, cambiar el hábito de “darle muchas vueltas a las cosas y la adicción al control” va a necesitar tiempo. Dialoga con tus emociones, sin juzgarlas, ellas son tus aliadas, sólo tienes que escucharlas, si te resistes sólo conseguirás que aumenten su intensidad.
5.- Si sientes que lo has intentado todo pero no consigues controlar tus pensamientos, consulta a un profesional, podría ser el inicio de un cambio necesario en tu forma de ver las cosas.