Qué prefieres, más o mejor sexo? Esta es una de las cuestiones que aparecen con frecuencia cuando tratamos asuntos relacionados con la sexualidad. Muchas personas, especialmente cuando no disponen de una pareja sexual, fantasean con tener relaciones sexuales a todas horas, y sin embargo, paradojas del amor, cuando la encuentran y podrían llevar a cabo su “sueño”, el deseo se evapora.
Por qué muchas parejas dejan de desearse? Por qué el buen sexo se desvanece tan frecuentemente aun en parejas que continúan amándose el uno al otro tanto como siempre?
Esther Perel, psicoterapeuta belga especialista en sexualidad, explica en una fantástica charla de Ted Talks que cuando entra el romanticismo en la pareja parece haber una crisis del deseo. Es la primera vez en la humanidad que queremos experimentar la sexualidad a largo plazo, no solo porque queremos reproducirnos sino, porque queremos experimentar placer.
Lo desconcertante es que los propios ingredientes que nutren el amor como la reciprocidad, la protección, responsabilidad por el otro… son los mismos ingredientes que sofocan el deseo. Resulta una contradicción de términos conciliar nuestras necesidades de, por un lado, seguridad y de pertenencia y, por otro, de misterio, riesgo, interés a lo desconocido… por este motivo muchas parejas, una vez su relación se ha estabilizado pueden experimentar una pérdida de la pasión.
Entonces… podemos desear lo que ya tenemos?
E. Perel, en sus investigaciones sobre el deseo en la pareja, llegó a la conclusión que las personas incrementaban su interés sexual por sus partners cuando:
- IMAGINACIÓN y ESPACIO: podían conectar con la ausencia y el anhelo del otro, echarle de menos, que es el mayor componente del deseo: deseamos aquello que podemos imaginar.
- SEGURIDAD PERSONAL: veían a sus parejas radiantes, seguras, haciendo cosas que les apasionan… produciéndose así un cambio en la percepción del otro, abriéndose el misterio.
- SORPRESA: cuando les sorprenden, cuando se ríen, cuando hay novedad.
En definitiva, las parejas que mejor mantienen el deseo entienden que hay un espacio erótico que pertenece a cada uno de ellos, donde se deja a un lado lo políticamente correcto, la responsabilidad. Asimismo, se normalizan las fluctuaciones de la pasión erótica, que de forma inevitable aumenta y disminuye. Por este motivo, resulta imprescindible conocerse bien a uno mismo, no dejar nunca de comunicarse con el otro, para que, cuando el deseo fluctúe saber cómo hacerlo regresar.
Si te apetece conocer más te animo a que veas la charla completa, no tiene desperdicio.