Nos hemos acostumbrado a vernos de una forma determinada, sin ser conscientes de que todo eso marca nuestro presente y futuro. Cambiar la forma de verse marca un rumbo totalmente distinto porque cada uno de nuestros pensamientos y palabras determina nuestras experiencias y nuestra forma de manejarnos. Somos lo que pensamos, de modo que si hacemos el esfuerzo de cambiar esos pensamientos negativos de uno mismo, podemos cambiar la forma de sentir y de percibirnos.
Este extracto de la película «Ángel-A» (Luc Besson) representa la importancia de la mirada del otro que te quiere, que te legitima, que te da permiso para ser. Esta mirada positiva del otro es esencial para desarrollar una sana autoestima, un autoconcepto sólido, éste siempre será el más esencial de los pilares. Lo aprendemos desde niños a través de los primeros vínculos con los cuidadores y lo perpetuamos de adultos, aunque siempre podemos aprender a reconducirlo y así desarrollar nuestro máximo potencial.
Te atreves a modificar la mirada de ti mismo?