¿Para qué nos sirve comprender la causa de nuestros problemas?
Comprender las causas de nuestros problemas es fundamental para superarlos. Si no comprendemos aquello que nos preocupa o que nos angustia será muy difícil que aceptemos nuestro malestar. Por otro lado, sin aceptación, el malestar éste incrementará su intensidad. El dolor es el lenguaje del cuerpo a través del cual pide ayuda, nos reclama atención y ayuda para encontrar enfoques más adaptativos que contribuyan a resolver ese malestar.
¿Si comprendo lo que me pasa entonces encontraré los responsables de mi malestar?
A veces, en ese proceso de comprensión de «por qué me siento mal?«, es fácil encontrar circunstancias, personas o variables que ocasionaron heridas más o menos profundas y que se relacionan con el malestar actual: «mi madre nunca me quiso», «perdí a mi padre siendo muy joven», «mi pareja me engañó», «me despidieron del trabajo», «aquella amiga me traicionó«… estancarnos en el resentimiento, culpar a los demás de nuestros problemas sólo generará más dolor, mayor presión y no favorecerá que pasemos página y aceptemos aquel obstáculo.
La comprensión de aquello que nos afecta no debería convertirse en victimismo o actitud de queja permanente, eso no ayuda, y mucho menos culpar a los demás.
¿Cómo puede una terapia ayudarme a resolver mis problemas?
En terapia ayudamos a las personas a comprender las causas de sus problemas como paso previo para aceptarlos. Ayudamos a nuestros clientes a elaborar el dolor, causa de muchos síntomas como la ansiedad, la depresión, el insomnio… en nuestros procesos terapéuticos acompañamos a las personas para que den espacio a todas las emociones que se asocian a la herida, enseñando formas más saludables de gestionar sus emociones. Este proceso de elaboración da como resultado la aceptación y posterior liberación del malestar.
En realidad nadie es culpable de tu dolor. La vida está llena de adversidades pero también de cosas hermosas, muchas de ellas se esconden tras los momentos más duros. No desperdicies la oportunidad de ver la belleza que emerge al coger las riendas de tu vida.