Si observas tu forma de expresarte verbalmente detectarás fácilmente algunos «trucos del lenguaje» que, al utilizarlos, aportan un matiz distinto, a veces potenciando el victimismo. Por ejemplo, cuántas veces te habrás encontrado diciendo:
«Tengo que ir a ver a mi madre».
Parece una tontería pero fíjate, parece que no tengas otra alternativa. Son rasgos que potencian el victimismo. Sin embargo, al cambiar el verbo «tener» por «decidir», por ejemplo:
«He decidido ir a ver a mi madre»
el componente emocional asociado a esa frase cambia, te haces cargo de tu elección, porque sabes que, en realidad, podrías no hacerlo. Lo mismo sucede cuando te dices: «Necesito un móvil nuevo» en lugar de decir «quiero un móvil nuevo».
A continuación te hago una propuesta, dedícale unos minutos a realizar el siguiente ejercicio, te ayudará a observarte y a profundizar en cómo te sientes al cambiar la forma como expresas algunas cosas.
EJERCICIO:
1.- Realiza una lista de todas las cosas que crees que tienes que hacer. Visualízate a ti mismo enfrente de alguien a quien le explicas todo ese listado. Empieza cada frase con «Tengo que…». Te recomiendo que lo realices en voz alta, durante aproximandamente unos cinco minutos.
2.- Una vez realizado el punto anterior, vuelve a la lista, esta vez sustituyendo las palabras «»Tengo que…» por «Elijo…», sin modificar nada más de la frase.
3.- Tómate el tiempo que necesites para repetir verbalmente ese listado con los diferentes verbos y observa las diferentes sensaciones que experimentas.
Cada vez que elijes algo, aunque lo hagas entre varias opciones que no te gusten, te estás haciendo cargo de tus decisiones, huyes del victimismo, de la dependencia y te sientes más libre.