Estos últimos días han estado repletos de noticias en el mundo político, el Brexit, los resultados del 26J, han abierto un gran debate sobre los pactos y la necesidad de llegar a acuerdos.
Igual que en la política, las relaciones de pareja experimentan tensiones debido a las diferentes formas de ver las cosas. Todo ello requiere de un aprendizaje para negociar, pactar y llegar a acuerdos. Aquí te doy cinco propuestas para llegar a acuerdos en pareja:
1.- Cada uno tiene una visión propia de las cosas: cada persona es el resultado de sus experiencias, por tanto, existen tantos puntos de vista como personas. Ninguna opinión es mejor que la otra, en la mayoría de las ocasiones decidir quién tiene la razón es prácticamente imposible. Recuerda que la clave de una relación de pareja es encontrar una visión compartida o encontrar un punto en el que ambas perspectivas sean compatibles.
2.- No te calles lo que te genere malestar: guardarse los sentimientos no hace que desaparezcan, al contrario, todos aquellos asuntos no resueltos se acumulan y se intensifican. Es como si escondieses comida en un cajón y te olvidases de ella, tarde o temprano, se acabaría pudriendo… lo mismo pasa con las emociones. Comparte con tu pareja cómo te sientes. Esa información la necesitáis para tener una pareja fuerte.
3.- Más soluciones y menos culpables: en lugar de centrarte en lo injusto que te parecen los argumentos de tu pareja, intenta centrarte en proponer soluciones, en lugar de pretender convencer al otro de lo equivocado que está. No olvides que tu pareja está tan convencido de sus razones, como tú de las tuyas.
4.- Aprende a escuchar: aunque te cueste, escuchar los motivos del otro, ayuda a reducir el estrés cuando se está en plena discusión y contribuye a que cada miembro de la pareja se sienta respetado y comprendido. Evita los juicios y las críticas. La escucha activa es una forma de reconocimiento hacia el otro
5.- Si tu estado emocional es muy intenso y te cuesta controlar el enfado, pide a tu pareja unos minutos para poder rebajar esa tensión que, en nada contribuirá a que se relaje la situación. Acordar previamente un «tiempo fuera» (acuerdo en relación a la pausa que se utiliza para que las discusiones no se conviertan en batallas campales) será de gran ayuda.