¿Tengo una nueva relación y me da miedo que esto pueda perjudicar a mis hijos, es normal?

Por supuesto que es normal no saber qué hacer ante una nueva situación. El concepto de familia ha ido mutando con el paso de los años dando pie a nuevas realidades familiares que requieren en muchas ocasiones de nuestra intervención como psicólogos. Cada vez acuden con mayor frecuencia a consulta personas que solicitan asesoramiento sobre cómo afrontar de la mejor manera una nueva relación sentimental frente a sus propios hijos fruto de una relación anterior. Cómo gestionar esta nueva situación es motivo de preocupación para muchísimas personas.

¿Cuál es la regla de oro para afrontar bien la nueva situación?

Creo firmemente en que la mayor parte de las personas intentan manejar su vida de la mejor forma, con mayor motivo en el caso de aquellos que tienen descendencia, precisamente por la responsabilidad que ello implica. Una decisión de un adulto con hijos afectará positiva o negativamente siempre a éstos últimos por lo que, como adultos debemos intentar minimizar al máximo e l impacto negativo que puedan generar estas decisiones en los menores.

Los padres, exceptuando casos puntuales, generalmente intentan que sus hijos reciban lo que consideran que es «lo mejor», otra cosa es que lo que consideran “lo mejor” sea lo más sano o adecuado para los niños. Muchas veces el error en la educación de los hijos se crea “en nombre del amor” y con las mejores intenciones. El amor que se siente hacia los hijos no es suficiente para protegerlos de los errores de los adultos. Por eso creo que una de las reglas de oro y claves para afrontar la nueva situación es la propia REFLEXIÓN, permitirse espacio para pensar antes de presentar a esa nueva persona en la vida de tus hijos, y no dar por hecho que las cosas se hacen únicamente de una manera determinada.

También creo que es interesante desculpabilizar a los progenitores en sus prácticas, pero sí hacer una llamada a la toma de responsabilidad para minimizar al máximo el impacto que puede tener en los menores las decisiones de los padres. Este proceso de responsabilidad pasa por perder el miedo a hacerse preguntas y, ¿por qué no? explorando nuevas alternativas que permitan un acercamiento mayor a un ambiente lo más estable posible, por el bien de los hijos, de las parejas y ex parejas y de la propia persona.

En el próximo artículo compartiré algunas pautas sobre cómo introducir en la vida de tus hijos a tu nueva pareja, no te lo pierdas!

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